Cuidado con las heridas en la cabeza y la cara

¿Quién no ha tenido un accidente infantil? Las heridas sobre todo son las más frecuentes. Los niños, siempre traviesos, juegan con todo y de todo, y en una de esas aventuras, sangre y más sangre. El niño se cortó la cara, el brazo o cualquier parte del cuerpo. Y es entonces cuando empieza la tragedia: la mamá se desespera, el hermanito llora asustado y al afectado le falta garganta para gritar su desesperación, nervios y dolor. Y no exageramos. Los cuadros post-cortes son dramáticos, por eso la primera recomendación es que mantenga la calma y la segunda es que siga leyendo.

Las aparatosas

Sí. Así son las heridas de la cara y cabeza. Sangran mucho por la presencia de gran cantidad de vasos sanguíneos en esta región y no siempre los hilillos de sangre son proporcionales a la gravedad de las heridas. Estas heridas son muy frecuentes, principalmente en los niños, y últimamente la alta incidencia de accidentes de tránsito determina un riesgo paralelo tanto en niños como en adultos.

Las heridas se producen con diferentes objetos punzo cortantes (cuchillos, tijeras, vidrios, etc.). Por eso los primero es advertir a los niños lo peligroso que resulta jugar con estas cosas.

Ahora bien, lo más importante con este tipo de heridas es mantener la calma. Si pretende ayudar, evite causar mayor desesperación en la persona afectada, y entable un diálogo con voz serena inténtelo y luego proceda a examinar la herida: si ésta se ha producido en el cuero cabelludo lávela con abundante agua y jabón tratando que desaparezcan los restos de polvo, tierra u otro contaminante. Si observa un cuerpo extraño incrustado es preferible no tocarlo, ni intentar removerlo (salvo que se despenda superficialmente); para desprenderlo es mejor que el médico proceda a extraerlo.

Nunca intente afeitar la zona afectada ni aplique desinfectante o antiséptico salvo que se trate de un rasguño o una herida muy pequeña y superficial. Después cubra la herida con gasa estéril, y si no la tiene a la mano hágalo con un pañuelo limpio haciendo compresión sobre la herida para detener el sangrando y evitar que sea mayor.

Después de estos primeros auxilios la persona afectada debe ser trasladada de inmediato a la emergencia de un centro hospitalario para su curación. Durante el trayecto siga ejerciendo compresión sobre la zona para evitar mayor sangrando.

Recomendación

Como las heridas localizadas en la frente o mejillas suelen sangrar mucho, lo mejor es lavarlas con agua fría (contribuye a que se detenga el sangrado) y siempre trate de ejercer presión en la zona con la ayuda de gasas o pañuelo limpio. Nunca, por nada del mundo, utilice algodón.

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